martes, 29 de marzo de 2011

y las cicatrices también desaparecen...

Y me miro y te leo y no te siento. Realidad deforme sobre fondo pixelado de letras incongruentes, de texto deformado por tu realidad pero que no me afecta en absoluto. Hoy te visité casi sin querer, mis pupilas pasaron revista a tus tiempos perfectosimperfectos en tu torre y ... he de decir... que te eché de menos, que deseo que encuentras la respuestas, aunque mas bien creo que es la pregunta la que necesitas, la respuestas las conoces de sobra, porque sé que te dejas la piel y las neuronas en ello. 
Y me detuve en tus letras... y no dejo de sorprenderme con que facilidad abrimos y cerramos inventario... en fin...

Y me detuve y apareciste. Abrieron ventana y tu sonrisa iluminó un espacio gris. Y me encontraste mientras yo me encontraba. Inevitable quererte, necesitarte a las mil e imaginar como será el próximo encuentro. Inevitable imaginar tus mañanas y mi noches en tu sofá. Inevitable resulta no encontrarte con el ceño fruncido si te sorprendo sonrojada por mi sorna a deshora. Inevitable me resulta no contarte mis intimidades y darme a conocer por entregas de sesiones de cine. Inevitable no imaginar planazos en tardes lánguidas de domingo si nuestras miradas tienen la suerte de cruzarse y nuestros tiempos se cuadran, tus turnos y mi distancia... los 121 que nos separan y los whats que nos unen. 

Y navego por otras aguas cristalinas como buen salmón, siempre a flote y siempre buscando superficie donde respirar. Superviviente nata, no dejo de sorprenderme y no quiero dejar de hacerlo si te contemplo o te imagino en tu espacio...

Tranquila, te encuentro dormida, no te rescato de sueños deseados, es mas... me gustaría formar parte de ellos... me dejas? por mi parte he de decir... pasa, te espero...



sábado, 5 de marzo de 2011

. . .

Quiero que sepas una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana
si toco junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe, 
aromas, luz, metales
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que para por mi vida
y te decides a dejarme en la orilla
del corazón en el que tengo raíces,
piensa que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos 
y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.

Pero si cada día, cada hora
sientes que ea mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

PABLO NERUDA. "Los versos del capitán"