sábado, 5 de marzo de 2011

. . .

Quiero que sepas una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana
si toco junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe, 
aromas, luz, metales
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que para por mi vida
y te decides a dejarme en la orilla
del corazón en el que tengo raíces,
piensa que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos 
y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.

Pero si cada día, cada hora
sientes que ea mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

PABLO NERUDA. "Los versos del capitán"

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